RESÚMENES DE LAS TRAMAS EN DESARROLLO RELACIONADAS CON EREBOR
A Octubre de 2013: La guerra contra Dol Guldur
La amenaza de la oscuridad se cierne de nuevo
sobre la Tierra Media. Al este, el Bosque Negro vuelve a sentirse enfermo como
antaño y los caminos que viajan hacia el sur están otra vez infestados de
orcos; ya no es seguro recorrerlos.
Las primeras noticias de que algo malo ocurre,
llegan de parte de los montaraces dunedáin, quienes descubren la fortaleza de
Kugaburz en Rhûn, hasta entonces oculta de toda presencia. Alertados por aquello,
el capitán Halbarad envía a Eradan a comprobar si Dol Guldur se encuentra en
unas condiciones de actividad semejantes. Allí es tomado prisionero por los
orcos y, más tarde, rescatado por su capitán y sus compañeros de aventuras:
Farin, hijo de Norin, (campeón de Erebor) y Andriel, maestra de la ciencia de
Elrond de Rivendel. Con aquellas nuevas y la ayuda del águila Beleram, viajan a
Erebor para informar a su majestad Thorin, Escudo de Roble, sobre lo que han
descubierto.
Al sentir los indicios de que algo anda mal,
de que las fuerzas oscuras parecen haber despertado de su letargo, tanto enanos
como elfos y humanos deciden responder ante la alarma.
Los príncipes Fíli y Kíli son enviados por su
tío al sur, con el objetivo de comprobar el estado de los caminos que comunicaban
el bosque con el mar de Rhûn. Viajan por la linde del Bosque Negro hasta
hallar, en un claro, un enorme campamento de los hombres del este. Alertados
por aquel comportamiento extraño, pues conocían que aquel ejército debía estar
asentado en la fortaleza de Kugaburz, continúan su expedición hasta las orillas
del mar de Rhûn. Allí coinciden con Farin y su esposa Goblin (aunque humana, también
soldado de Erebor). Ambos están acompañados de un beórnida al que habían
rescatado de las garras de los orcos. Comandados por un despiadado jefe trol,
los orcos habían arrebatado Kugaburz a los hombres del este. Consternados por
la noticia de que ambos bandos eran enemigos, regresan a Erebor para poner al
ejército enano sobre aviso de aquella situación. Su testimonio prueba que,
efectivamente, existe algún tipo de vínculo entre ambas fortalezas, que Dol
Guldur podía estar preparada para asestar un duro golpe.
El rey elfo, Thranduil, sintiendo el dolor
que padece su reino (las telasde araña cubriendo las ramas de los árboles, las
aguas envenenadas, los animales muertos por los gases tóxicos…) se ve forzado a
recurrir al reino vecino de Erebor. Sus centinelas han hallado indicios de
algún tipo de mal está tomando de nuevo sus dominios, de que Dol Guldur podría
estar de nuevo habitada. Viaja hasta Erebor para hablar con Thorin, Escudo de
Roble, quien le informa de las noticias traídas del sur por los montaraces.
Dedicen firmar un acuerdo de colaboración, una alianza: juntos enfrentarían a
la amenaza atacando las líneas de abastecimiento que sirven de apoyo a Dol
Guldur.
Tras la firma de acuerdo, ambos reinos hacen
su primer movimiento, con fin de anticiparse al enemigo común.
Bofur de Erebor, junto a un grupo de mineros
enanos, y Tauriel de Mirkwood viajan juntos a las Montañas nubladas. Su
objetivo es cumplir una misión que desbarataría las comunicaciones entre los
orcos de Dol Guldur y los trasgos de las montañas, quienes envían
aprovisionamiento militar a sus aliados de la fortaleza. El equipo de mineros
derrumba las salidas de las cavernas de aquellos seres malvados y regresan cada
uno a su hogar, sanos y salvos.
La princesa Dís, hermana de Thorin Escudo de
Roble, es enviada a Minas Tirith como embajadora de Erebor para hablar en
nombre de su rey y su pueblo en el consejo de Gondor que reúne a los dirigentes
de los principales reinos libres de la Tierra Media para organizar la defensa
bélica y unir fuerzas contra la creciente amenaza.
Mientras tanto, la vida en Erebor continúa.
Vrostôk, el ingeniero jefe de la ciudad, al
servicio de su majestad, dedica todos sus esfuerzos en preparar un sistema de
defensa por catapultas para la muralla de acceso a la Montaña Solitaria.
Al conocer el trayecto del viaje de su madre
(el mismo en el que el primer esposo de Dís, Alroy, perdió la vida a manos de
una manada de orcos), el príncipe Fíli, hijo de Alroy, monta en cólera contra
su tío Thorin y escapa de Erebor sin su consentimiento, con el único objetivo
de alcanzar a Dís y devolverla a su casa. Al enterarse de la noticia, el
mismísimo rey bajo la Montaña y su sobrino Kíli, parten de Erebor en busca del
príncipe fugado, temiendo que algo le ocurriese al atravesar Mirkwood en
solitario. Ciertamente, aunque aún no lo sabían, Fíli había sido atacado por un
grupo de bandidos en la linde del Bosque Negro y rescatado, por el istar
Radagast, también llamado “el pardo”.
El viaje de rescate del príncipe incluía
varias paradas. La primera de ellas: Esgaroth. En la ciudad del lago, los dos
descendientes de Durin buscan reunirse con Bardo el Arquero para tratar temas
concernientes a la posible guerra que se avecina. Su siguiente destino son los
salones de Mirkwood, donde esperan ser recibidos en audiencia por el rey elfo
Thranduil.
En cuanto a los hijos de Fundin, el mayor de
ellos, Balin, se traslada a Erebor desde las minas de Moria para visitar a la
familia real y llevarles noticias de que aquel lugar también se sentía
amenazado. Cuando Thorin Escudo de Roble marcha al sur, es en él en quien confía
el cuidado del reino.
En el tiempo en que las reuniones con los enanos de la
ciudad le dejan libre, Balin, hijo de Fundin, organiza las clases que imparte a
Bombeta, hija de Bombur, como antaño había hecho con los príncipes Fíli y Kíli.
Tales clases surgen como castigo impuesto a medias por su majestad Thorin y por
la tía de Bombeta, Brimi hija de Bergelmir, que se preocupaba más que ningún
miembro de su familia por la educación de la pequeña. El motivo de dicho
castigo era una pequeña travesura protagonizada por la niña pelirroja y su
prima MiniDís, hija de Bofur y Dís. Esta última, la menor de los Durin, había
sido castigada durante una larga temporada sin permiso de abandonar la
seguridad de palacio en ningún momento.
El hermano menor, Dwalin, hijo de Fundin,
disfruta de su recién contraído matrimonio con la princesa Dís.
Sobre los Ri, sólo se sabe de ellos que Dori,
el mayor de todos, prepara la inauguración de una tetería en Erebor. El local
llevará por nombre “El Topillo Lazarillo”.
La vida de los Ur (Bifur, Bofur y Bombur, que
compartían hogar en uno de los niveles humildes de Erebor, en un barrio de
mineros) no había cambiado demasiado, aunque su familia había sufrido nuevas
incorporaciones desde que regresaran a Erebor. La primera, hacía ya tiempo,
había sido Bombeta, hija de Bombur, llegada de la aldea de Bree. La segunda fue
Brimi, prometida de Bofur. Fue a razón de este compromiso que toda la familia
(incluida Yrmi, la madre de Brimi) tuvo que viajar escoltada por Farin y Goblin
hasta Ered Luin. Fue a su regreso cuando los rumores de la guerra estallaron. Y
meses después cuando los hijos de ambos, los mellizos Sigur y Sirmi, llegaron
al mundo. Es entonces cuando Brimi traslada su residencia a casa de Yrmi para
cuidar correctamente de los niños. Pero cuando había tomado la decisión de
volver a casa Ur con los pequeños, su majestad le pide que viaje a Esgaroth
para formalizar un plan de ayuda para el pueblo humano, con Bardo el Arquero.
La intención de los enanos es construir una vía subterránea que comunique la
ciudad de Valle con la Montaña Solitaria, un acceso a unas salas bajo tierra
donde la población humana pueda evacuar a los suyos y ponerlos a salvo ante los
posibles ataques orcos.
Velando por la salud de los habitantes de la
Montaña, los empleados de la Casa de Curación de Erebor, fundada por el maese
Oín, hijo de Gróin, trabajan sin
descanso por los habitantes del reino. Unos más que otros. Jerda, la cocinera
que prepara algunos de los guisos más sabrosos de la ciudad, y quienes se
encargan de la atención a los pacientes, los dos aprendices del maestro Oín: la
enana Myrld y el enano Hornbori (alias el Boticario, denominado así por sus
conocidos en el mercado negro de los bajos fondos de la ciudad), ambos acogidos
por el señor enano, miembro de la Compañía de Thorin, cuando aún vivían en Ered
Luin.
Ocupándose del adiestramiento de los soldados,
de la vigilancia de las puertas de acceso a Erebor y los problemas de seguridad
de los que debía responsabilizarse la guardia de la ciudad se encuentran
valientes enanos guerreros como la enana Kattra, Farin, hijo de Norin y la
humana Goblin. Estos dos últimos son además requeridos de forma habitual para
realizar expediciones fuera de la Montaña Solitaria. El último de sus viajes
les llevó hasta la lejana Fornost para ayudar a Beleram, una de las Grandes
Águilas, a liberar a uno de los suyos que había sido hecho prisionero por el
numenoreano negro Wulfrum.
Además de los enanos y los viajeros que visitan,
siempre de paso, Erebor, viven bajo la Montaña dos ciudadanos a quienes se les
había concedido un permiso especial dado su origen y la estrecha relación de
amistad que guardaban con algunos de los miembros notables de la Compañía de su
majestad Thorin. Eldarion, hijo de Aragorn (señor del Reino Unificado) se traslada a vivir a la Montaña Solitaria durante un tiempo, movido por la amistad que le unía a algunos Enanos de Erebor. Pese
a estar su hogar establecido bajo la Montaña, los sueños premonitorios
que perturban el sueño de el príncipe, le mueven a tomar la decisión de viajar a
Rivendel, a fin de conocer las noticias que tienen sobre la situación de la
inminente guerra los montaraces y el resto de su familia.
¿Quién mueve los hilos de las fuerzas oscuras
desde Dol Guldur? ¿Cuál será el próximo movimiento en la guerra?
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